Los instrumentos musicales
Los primeros instrumentos que aparecieron eran simples y primitivos como trozos de madera o piedra, moldeados de tal forma que el ejecutante pueda golpearlos. Golpeando piezas de distintos tamaños se producen sonidos más intenso que los macizos (porque las vibraciones resuenan en el aire encontrado en su cavidad). Para un sonido mejor, se utiliza una piel tensada sobre un objeto hueco. Como puede ser un tambor. Los instrumentos de viento más sencillos se originaron cuando a alguien se le ocurrió soplar por una caña. Se han encontrado huesos de animales con orificios hechos para que el ejecutante pudiera producir sonidos de distintos tonos. Los primeros instrumentos de cuerda nacieron cuando alguien descubrió que al pulsar una cuerda tensa se podía producir un sonido musical, y que este sonido podía aumentarse añadiendo una caja de resonancia de forma cualquiera al objeto que sostenía la cuerda.
Los hombres primitivos utilizaban los materiales que estaban a su disposición para crear instrumentos de distintas clases. En los países donde crece el bambú, una fila de trozos de bambú de diferente longitudes puede convertirse en un instrumento capaz de producir una variedad de tonos. Un trozo de bambú de una determinada longitud con una fina pieza de caña adherida, por ejemplo, es el instrumento de viento más sencillo. Con tiras muy finas de madera y un par de cuñas insertadas debajo de ellas, puede perfectamente convertirse en un instrumento de ''cuerda'', con el tubo hueco haciendo de resonador.
Casi todos los instrumentos pertenecen a una de las siguientes cuatro categorías. Los más sencillos son los idiófonos (''con sonido propio''). Son aquellos en los que el cuerpo del instrumento se pone a vibrar al golpearlo, produciendo un único sonido propio. Así como las campanas, los platillos, los xilófonos... Cuando, en lugar del mismo cuerpo del instrumento, es preciso golpear una piel o membrana tensa sobre él, el instrumento es un membranófono. Es decir, los tambores, las cajas y los timbales. A los instrumentos de viento se les denomina como aerófonos; esta categoría incluye trompetas, flautas, clarinetes... Los instrumentos de cuerda, cordófonos,van desde el piano y el arpa hasta el violín y la guitarra. A estas cuatro categorías se ha añadido a posteriori una quinta: la de los electrófonos. Instrumentos que producen sonidos por medios electrónicos, como el órgano eléctrico o el sintetizador.